ASÍ TERMINÓ LA GUERRA DE ESPAÑA
A lo largo del año 1938, un lema resumió la política de guerra del gobierno republicanco presidido por el doctor y catedrático Juan Negrín y que lo convirtió en su divisa casi personal: "resistir es vencer". Durante ese año, los comunistas se convirtieron en los principales adalides de esa línea de actuación y en el sostén básico del gobierno. Los autores analizan el cúmulo de variables internas y externas, mutuamente relacionadas, que influyeron en el diseño, la evolución y la crisis de esta política de resistencia republicana, hasta llegar a su liquidación final en la sublevación del coronel Segismundo Casado contra el gobierno de Negrín. Es el estudio del negrinismo, o Partido de la resistencia, y el antinegrinismo, o Partido de la paz. En esta confrontación influye decisivamente la posición británica y francesa con respecto al conflicto español, en un contexto de vientos de guerra en Europa, que se traduce en una progresiva aproximación a Franco que desemboca en el reconocimiento de su gobierno como único legal de España, el 27 de febrero de 1939. Así, esa imposibilidad de alterar el crítico panorama internacional en su favor, fue el principal talón de Aquiles del "resistir es vencer", la gran decepción que invalidaba en la práctica cualquier esfuerzo organizativo en el funcionamiento del Estado y del Ejército republicanos. El debate entre negrinismo y antinegrinismo abarca otros elementos que los autores estudian minuciosamente. En primer lugar, la posición del gobierno de Burgos y la persona del general Franco, que en plena etapa de consolidación de su poder personal, vincula el final de la guerra a la derrota incondicional y aplastante del enemigo. Esta postura intransigente, mientras se incrementan las críticas internas a la política de Negrín y Londres y París se acercaban a Burgos, hizo aumentar las dudas e incertidumbres del antinegrinismo, porque la consecución de la paz parecía que no encontraba más horizonte que la simple y mera claudicación republicana.