LA MUERTE Y LA DONCELLA
A altas horas de la noche, Gerardo, recientemente designado por una comisión para investigar las atrocidades que soportó su país bajo la dictadura, entra en su casa con un médico que detuvo su auto y lo ayudó cuando al suyo se le pinchó un neumático. Cuando Paulina, la esposa de Gerardo, oye la voz solícita de Roberto, el médico, percibe, sin lugar a dudas, que se trata de un Mengele moderno que ayudó a torturarla quince años antes. Al despuntar el día, Roberto está atado a una silla y lo están juzgando.