Traficantes de Sueños
Marta Navarro García presentará su nuevo libro "Vietnam bajo la cama" acompañada de la periodista Ruth Toledano y la poeta Ana Pérez Cañamares.
Marta Navarro García (Zaragoza). Autora del libro Ocho islas y un invierno (El Desembarco, Sevilla, 2009), así como de La victoria del heno (Premio Victoria Kent, 2007) y de La espalda del viento (accésit del Premio de Poesía Gabriel y Galán, 2006). Premio XLI Concurso de Cuentos Ciudad de Tudela (2015). También ha participado en los siguientes libros colectivos: Poesía Amorosa (Certamen Internacional de Poesía Amorosa del Círculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca, 2008), José Antonio Labordeta: creación, compromiso, memoria (Rolde de Estudios Aragoneses, Zaragoza, 2010), I Encuentro de poetas hispanomarroquí (Tetuán-Sevilla, 2019), Voyeur. Literatura y erotismo, del pintor Pablo Gallo (Ediciones del Viento, 2012), YIN, Antología de poetas aragonesas (Olifante, Zaragoza, 2010), Poesía en la frontera (March, 2012),) Campamento dignidad. Poemas para la conciencia (Baladre y Zambra, 2013) y En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis (Bartleby, 2014). Brioleta. Encuentro de escritoras aragonesas. (Pregunta Ediciones, Zaragoza, 2015).
Ha publicado poemas en las revistas culturales Rolde, Luke, Piedra del Molino e Isla de Siltolá. Actualmente es columnista de la revista feminista PIKARA, en el blog El caballo de Nietzsche de eldiario.es y en la revista de cultura y análisis Subrarbe, también edita el blog Entrenómadas.
Prólogo al libro por Antonio Orihuela
Cartografiar la herida
Podía haberle escrito a este Vietnam bajo la cama de Marta Navarro un prólogo al uso, pero he preferido escribir un pequeño texto con instrucciones. Sea, lector, benévolo con este capricho mío y comience leyendo este libro de poemas por su mitad, busque Marsh’s Library, léalo, cuando termine vuelva a estas instrucciones que habrán dejado de serlo para transformarse en un prólogo, una introducción, unas palabritas con que acompañar a este poemario donde, como en la biblioteca más antigua de Dublín, los poemas te cambian de lugar, te llevan a otros mundos, desguazan tus certezas, te invitan a entrar en el misterio, te zarandearán con el hambre de los demás, con el sufrimiento de los seres sintientes, con la rebeldía y la terrible belleza que late en estos versos de Marta Navarro.
Vietnam bajo la cama se podría leer como un libro de libros, como si dentro de la Marsh’s Library fuéramos abriendo, al igual que Borges en su biblioteca de Babel, libros y más libros de los que van saliendo héroes, guerrilleros, canallas, hipócritas, fantasmas, ciudades, toda una geografía de la sangre, del nacimiento y de la muerte, de la infancia y la madurez, de la libertad y la esclavitud, de la rebeldía y el sometimiento, de la sombra y la luz, de lo tangible siempre al lado de lo intangible.
En algún momento, también veremos a Marta Navarro salir al fin del laberinto de la Marsh’s Library y, ya con ella despierta en su cama de niña, ahora sí, podremos comenzar este libro por el principio. Marta mirará debajo de su cama y allí, poema a poema, comienza a vislumbrar sombras, sensaciones, experiencias muy viejas, familiares, primos, abuelos, vecinos, amigas, barrios, ciudades, callejones, amores, maestros, curas, policías, derrotas, dolores de estómago, sonrisas, sueños, obsesiones, ladridos, silencio, caos sin orden que ahora no sabe si está también debajo de la cama o solo en su cabeza o tal vez allá afuera, más allá de las guardadas puertas de la infancia, infierno y paraíso ya sin preguntas, porque Vietnam, los miedos de Marta, hace tiempo que dejaron de estar debajo de la cama para encarnarse en cientos de guerras de baja intensidad que hoy se reparten por el mundo dejando tras ellas un triste rastro de dolor, de muerte, de exilio, de personas con rostro, nombres, apellidos, heridas e historias con las que Marta ha compartido sus pérdidas, sus naufragios, su invisibilidad. Son inmigrantes, refugiados económicos, segregados raciales, mujeres que no pueden decidir sobre su cuerpo, desahuciados, estudiantes que van sin desayunar a colegios sin calefacción, parados, enfermos, personificaciones del miedo moderno que induce el neoliberalismo ramplón, pero también animales sacrificados, animales encarcelados en zoológicos de tristeza, explotados en circos, asesinados en festejos de dudoso gusto, cazados, pescados, desangrados en mataderos y mutilados en granjas. Con todos ellos, para liberarlos del miedo que también atenazaba a esta singular guerrillera, Marta teje un cálido y generoso manto de afectos, de utopías, de luz, de escritura que no cede a la tristeza y la derrota. Un escritura que desafía la realidad desde la palabra poética, que ha sabido convertir la palabra poética en un mapa para respirar en este mundo.
Los miedos de Marta, su Vietnam, hoy son peleados por ella desde una digna y hermosa desobediencia, también con palabras, con música, con risas, conciencia crítica, con poesía. Marta sabe que no hay otra forma de ser feliz en estos tiempos de mercaderes hambrientos, por eso la voz que habla por su herida es luminosa, compasiva y generosa, tengo la certeza de que es la mejor forma de combatir el inmundo.
Antonio Orihuela
En la vieja charca, 31 de diciembre de 2014