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Este libro busca revertir el sentido común sobre la producción cultural y los procesos actuales de constitución de la así llamada clase creativa. Su planteamiento de partida arranca de la afirmación de que es necesario dejar de considerar la actividad artística y cultural como una excepción en el ámbito de las relaciones sociales y de producción, para poder pensar las formas de acción que desde el campo de la producción cultural apuesten por una reorganización crítica del trabajo y de la producción de los bienes comunes. Su propuesta evita también situar las condiciones de precarización del trabajo cultural como un proceso de explotación externo a los sujetos. De hecho, se trata de pensar más bien las formas contradictorias de precarización de sí de los productores y de las productoras culturales. En estrecha correlación con el análisis crítico de la emergente clase creativa, los artículos recogidos en esta obra extraen la posibilidad de una nueva ola de la crítica institucional que se plantee como un desbordamiento extradisciplinar hacia otros campos y conflictos de la actividad social y productiva, abriendo una nueva fase de institucionalidad que nos permita superar los puntos muertos y las aporías de la habitual discusión sobre la relación entre instituciones y movimientos sociales. La detección de los límites y las potencialidades de las formas históricas de la crítica institucional en el campo del arte y en el de la militancia nos sirven, finalmente, para diagnosticar el conjunto de síntomas que en la actualidad nos obligan a proyectar y construir nuevas instituciones de lo común.