Librería Traficantes de Sueños
Entrada libre
Aforo limitado
Con la participación de José Manuel Naredo, Raquel Rodríguez e Isidro López.
Tras un década de revalorizaciones patrimoniales vertiginosas y crecimiento a golpe de burbuja, el año 2007 puso fin a la belle époque del ladrillo en España. Durante aquella época el "efecto riqueza" y el clima de bienestar atravesaron toda la estructura social: el boom del mercado inmobiliario hizo que entre 1997 y 2007 los precios de la vivienda se multiplicaran un 2'2%, triplicándose la riqueza nominal de los hogares. Sin embargo, cuando aquel tsunami de cemento frenó en seco, incapaz de repetir el círculo virtuoso que permitía el aumento del valor de los activos inmobiliarios, las contradicciones del modelo productivo español cayeron como un mazazo sobre toda la sociedad: a la súbita depreciación de la vivienda y la espiral de paro hubo que sumar una trágica riada de desahucios que -forzada por una estafa hipotecaria masiva- no ha dejado de sacudir los barrios y ciudades de todo el Estado. En definitiva, el resultado de todo este ciclo no ha podido ser más desolador: un paisaje social devastado y poblado de casas vacías.
El modelo productivo español, especializado en los mercados turístico e inmobiliario, ha funcionado como una auténtica máquina de generar burbujas desde el desarrollismo franquista. En clara continuidad con la dictadura, los diferentes gobiernos de la era democrática no han sido capaces de diseñar estrategias económicas alternativas, repitiendo siempre la misma receta para fomentar el crecimiento: reactivación del monocultivo del cemento, endeudamiento familiar y apuesta por el arriesgado juego de las finanzas. Si bien hoy la "industria nacional" -esto es, la construcción- se encuentra lejos de poder repetir una burbuja de dimensiones parecidas a las del ciclo 1997-2007, el mercado inmobiliario está experimentando un incipiente proceso de expansión. Aunque el capital extranjero parece haberse desplazado a la ciudad consolidada, encontrando su principal fuente de rentabilidad en los centros urbanos y el entorno construido, la dinámica constructiva parece volver a despegar.
¿Estamos asistiendo al nacimiento de una nueva burbuja? Y si es así ¿De qué signo? ¿Cómo interpretar esta reactivación del sector, a caballo entre el centro de la ciudad y la construcción de nuevos desarrollos urbanos? ¿Cuáles son los principales efectos de este nuevo dinamismo? ¿Cómo afectan estos procesos a las luchas por el derecho a la vivienda? ¿Cómo anticiparnos estratégicamente a las viejas inercias del modelo productivo español?