Homenaje a Aaron Swartz

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Organiza: 
Encuentro Internacional de Investigación en Información y Comunicación
26/09/2013 - 19:00
Jornada

Medialab Prado
Calle Alameda, 15, 28014 Madrid
http://medialab-prado.es/

Este año la sexta edición del Encuentro Internacional de Investigación en Información y Comunicación realiza la jornada de clausura por la mañana en la Facultad de Ciencias de la Información, con la conferencia de Francisco Sierra, y por la tarde con el homenaje a Aaron Swartz, en Medialab Prado

Nos alegra realizar el grueso del encuentro en la universidad, aunque abierta a toda la ciudadanía, y la clausura en el espacio que no solo ha sido el germen del grupo de trabajo de periodismo de datos, con una larga trayectoria formativa que ha conseguido situar esta práctica periodística en contacto con la sociedad, sino también uno de los centros culturales, educativos y formativos más interesantes de Madrid.

Aaron Swartz, ciberactivista, cocreador de RSS con tan solo 14 años que se quitó la vida en circunstancias aún por determinar cuando se encontraba inmerso en una campaña de persecución judicial por parte del aparato legal de los EE.UU., poniendo en evidencia con sus acciones la delgada línea que podemos establecer entre difusión del conocimiento, derechos de autor y propiedad intelectual explotada por empresas y/o instituciones y perseguida por leyes de otro siglo que sin embargo rigen nuestras vidas sin que parezca que nos demos cuenta.

Si su muerte parecía de otra época, de la guerra fría, o incluso de ficción, no se trata sin embargo de un caso aislado. Tenemos que hablar de Bradley Manning, militar estadounidense acusado de ser la principal fuente de Wikileaks, o del más reciente Snowden, que sigue en el limbo legal y territorial del aeropuerto de Moscú tras haber revelado que los EE.UU. espiaban a propios y extraños, en pro de su “seguridad”. Una situación que tampoco debe parecernos nueva, remitiéndonos a las redes Echelon o Carnivore, por poner dos ejemplos de espionaje de las comunicacionies, y SOPA (Stop Online Piracy Act) o PIPA (Protect Intelectual Property Act) del control de los contenidos en Internet.

Por tanto, creemos que el homenaje tiene sentido porque:

  1. Queremos reconocer su trabajo en la creación de RSS, su importancia como estándar, la importancia de los estándares públicos, libres y abiertos.
  2. Su trabajo suposo un impulso del acceso libre (Open Access, OA).
  3. Participó en proyectos aun vigentes y de suma importancia como Open Library (biblioteca libre).
  4. Denunciamos la persecución legal que se ejerce en muchos países del mundo, incluídos EE.UU. o España (Ley Sinde), de personas que defienden públicamente la libertad de información y el acceso a los contenidos.
  5. Debatiremos sobre la actualidad silenciosa/silenciada que estuvo detrás de su muerte y que sigue vigente: SOPA, Manning, Wikileaks, cibervigilancia, leyes de propiedad intelectual, etc. Con este panorama, ¿quién es el siguiente?
  6. ¿Podría ocurrir algo similar en España? Qué entorno legal tenemos y de qué acceso a publicaciones disponemos.

Recientemente, el OA de los contenidos y del software se ha trasladado al hardware con las impresoras 3D y el hardware libre.

Para este acto de clausura del Sexto Encuentro de Investigación en Información y Comunicación contaremos con:

  • Jesús M. Barahona, de URJC
  • David Gámez, de Traficantes de Sueños
  • César García de Makers Madrid.
  • Chaals McNeville, desarrollador de Opera y ex W3C y WAI
  • Eva Méndez, de la UC3M

Además, contaremos con demostraciones de impresión 3D de las impresoras de Medialab y de Makers Madrid, quienes están preparando diversos prototipos de visualización de datos impresos en 3D.

Trayectoria de Aaron Swartz

Aaron Swartz ha sido un ejemplo de activismo político en el campo de las comunicaciones libres y abiertas, tal como lo define la Wikipedia. Con RSS utilizó las tecnologías XML para que cualquiera que quisiera un aviso de las actualizaciones de una web, pudiera leerlo de forma estándar y abierta, labor tras la que se convirtió en miembro de W3C, donde también creó el formato del lenguaje Markdown. Cofundó Progressive Change Campaign Committee, Reddit, una de las webs de intercambio de enlaces más importantes, fue director técnico de Open Library (Biblioteca Abierta), miembro del Centro de Ética de la Universidad de Harvard, ayudó a diseñar la capa de código de las licencias Creative Commons y cofundó el proyecto Demand Progress, conocido por su campaña en contra de SOPA, entre otras iniciativas en las que se involucró.

[Lawrence lessig y Aaron Swartz en un encuentro de Creative Commons en 2002[450px-Aaron_Swartz_and_Lawrence_Lessig.jpg]

Caso JSTOR: los límites a la difusión del conocimiento

En 1995, cuando Internet Explorer comenzó a ser incorporado como parte del sistema operativo Microsoft Windows 95, nacía JSTOR, un “almacen de publicaciones periódicas (JSTOR, de /Journal Storage). Un sistema en línea de publicaciones académicas fundado por una sociedad sin ánimo de lucro. A las publicaciones universitarias se sumaron las de la Real Sociedad de Londres, con publicaciones desde 1665. Según la Wikipedia, en junio de 2007 JSTOR contaba con más de 23 millones de páginas de texto, su material lo proveen 446 editores y recibía en medio año 53 millones de búsquedas de archivos. Pueden acceder bibliotecas, universidades y editores que hayan firmado un acuerdo con la institución, aunque también puedes suscribirte de forma particular, pagando.

Swartz presuntamente descargó el 19 de julio de 2011 casi cinco millones de artículos de la base de datos de JSTOR, cuando en realidad podías bajarte, legalmente, tres artículos al día. Esto le debía parecer a Swartz una barrera ridícula de acceso al conocimiento, y por eso realizó esa acción, a modo de reivindicación del acceso libre al conocimiento, en dos sentidos: ponéis barreras al campo en el terreno de las tecnologías de la información que personas con ciertos conocimientos informáticos -hackers- podemos saltarnos; y ponéis barreras al campo del conocimiento.

El MIT (Massachusetts Institute of Technology) denunció la acción aunque gracias a la presión de la comunidad por el acceso libre a la información, el MIT descarta acusarle de nada. Sin embargo, al ser un delito federal la violación de las leyes de copyright, la fiscalía ejerce la acusación ya que es lo mismo entrar en un sistema informático, robar un libro o robar una casa. Y la legislación le apoyaba. Por si fuera poco, además le cargaron también que iba a difundir esas descargas en la web, según un documento firmado por él en 2008 y titulado El manifiesto de la guerrilla po el acceso libre (Guerrilla Open Access Manifesto) en el que abogaba por descargar las publicaciones científicas y compartirlas en la red.

Si seguimos el relato que nos ofrece The New Republic, éste se publico cuando Swartz participaba en un evento organizado por EIFL (Electronic Information for Libraries), una ONG que aboga por el acceso libre a las bibliotecas digitales entre cuyos miembros figuran la Fundación Bill y Melinda Gates y la UNESCO.

En junio de 2010 el activista Lisbet Rausing publica un artículo en OpenDemocracy.net en el que aboga por el acceso libre a los artículos universitarios. Entonces, la fundación OpenSociety de George Soros y la Fundación Arcadia de Lisbet Rausing y Peter Baldwin se unen para liberar a JSTOR, misión a la que se incorpora Swartz. Pero sus ilusiones se derrumban cuando JSTOR pide cientos de millones de dólares para permitir el acceso libre.

En septiembre de ese mismo año, Swartz viaja a Budapest a una conferencia sobre libertad en internet patrocinada por Google donde habló con otros activistas del caso JSTOR. No hay constancia de que planearan lo que Swartz supuestamente realizó luego. El caso es que a su vuelta a EE.UU., Swartz, que disfrutaba de una beca de colaboración en Harvard por la que podía acceder a JSTOR, se compró un portátil, ingresó supuestamente en la red del MIT y comenzó la liberación de JSTOR.

Según el relato de Noam Cohen, el MIT participó activamente en la persecución del activista. Había detectado que alguien se descargaba artículos pero no localizaba a la persona porque cambiaba su identificación. Tras un periodo de inactividad, el 3 de enero de 2011 el intruso volvió pero cambió su comportamiento: se descargaba sus documentos muy lentamente. La universidad decidió utilizar cámaras ocultas y sistemas electrónicos de vigilancia con la ayuda de la policía. Dos días después fue arrestado por la policía al ser identificado por la grabación de una cámara de seguridad donde aparecía rompiendo la protección de un ordenador del MIT y utilizaba su cable de conexión a la red para conectarse él mismo.

El MIT, a pesar de que no contaba con una orden judicial, entregó toda su información a la fiscalía. En julio de 2011, fue acusado de cuatro delitos y en septiembre de 2012 otros nueve, trece en total, lo que suponen una petición de 35 años de cárcel. Cuatro meses después, fue hallado muerto en su apartamento de Brooklyn, Nueva York, con signos de haberse ahorcado.

La respuesta de la comunidad

La noticia impactó muy fuerte en la comunidad internauta. El creador de la web, Tim Berners-Lee, escribió en una lista de correo “Aaron está muerto. Caminantes del mundo, perdimos a uno de nuestros sabios. Hackers por derecho, perdimos a uno de los nuestros. Padres todos, perdimos a un hijo. Lloremos”.

Aunque algunxs apuntaron a sus tendencias suicidas, de las que había hablado anteriormente él mismo, su familia relacionó su muerte con la persecución a la que estaba siendo sometido por las autoridades federales y les culpó a ellos y al MIT directamente.

Tal como leemos en alt1040:

La muerte de Aaron es más que una tragedia personal. Es el prodcto de un sistema de justicia penal plagado de intimidación y persecución exagerada. Las decisiones tomadas por los funcionarios de la oficina del Fiscal del estado de Massachusetts y el MIT contribuyeron a su muerte. La oficina del Fiscal de Estados Unidos persiguió una serie de cargos excepcionalmente duros, con potencialmente, 30 años de prisión para castigar a un presunto delito que no tuvo víctimas. Mientras tanto, a diferencia de JSTOR, el MIT negó su apoyo a Aaron o a los principios más preciados de su propia comunidad.

Asimismo, la familia creó una web memorial donde alababan el uso de “sus prodigiosos talentos como programador y tecnólogo no para enriquecerse, sino para hacer Internet y el mundo un lugar más justo y mejor”.

A las habituales acciones de grupos como Anonymus, que protestaron virtualmente y modificaron la página principal del MIT y otros que hicieron inaccesible la web del Departamento de Justicia de EE.UU., se sumaron un grupo de investigadores del MIT que solicitaron una disculpa pública por su silencio ante la acusación federal. Sin resultados.

Pero quizás el mejor homenaje se produjo cuando cientos de académicos e investigadores comenzaron a publicar sus trabajos como homenaje póstumo. Los puedes encontrar todavía hoy en twitter con la etiqueta PDFtribute o bien recopilados en la web pdftribute.net.

Legado

Sobre el caso, la presión sobre el MIT tan solo rascó una investigación interna que fue publicada con licencia CC en julio de este año. En ella el MIT ofrecía su versión de los acontecimientos y se consideraba neutral con el proceso judicial. Sin embargo, Taren Stinebrickner-Kauffman, novia de Swartz, resaltó que el MIT “colaboró con la investigación dando acceso a todas las pruebas o refutando los argumentos y testigos de la defensa de Swartz, por tanto, a su criterio no fueron neutrales y deberían haber tomado la misma posición que tomó JSTOR retirando cargos y desvinculándose del proceso”.

Por lo demás, el MIT sigue lavándose las manos y todo lo más, propone un jabón que huele mejor: confiesa en su informe que si hubiera estado preparada para evaluar la acción de Aaron Swartz su reglamento interno nunca habría llegado a una pena de 35 años a los que se enfrentaba en el caso federal; sobre la apuesta por el acceso abierto, lo dejan en el plano de la recomendación; por último, valoran la acción de Swartz como una mezcla de buenas intenciones que no calculan los riesgos legales o políticos, lo que les anima a enfatizar la formación ética y legal de sus estudiantes para que evalúen sus actos en toda su dimensión.

El pasado mes de agosto el Servicio Secreto de EE.UU. desclasificó 104 páginas de las 10.000 que tiene de Aaron Swartz gracias a la persistencia en un largo proceso judicial de Kevin Poulsen. En estas primeras 104 páginas figuran anotaciones en relación al citado manifiesto, veremos qué nos deparan las siguientes.

Cabría destacar que además de las iniciativas en las que se involucró y que siguen vigentes, Aaron demostró comunicar sus ideas en numerosos vídeos. Os mostramos algunos:

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