MORAZA, ICA

Es su forma diminutiva. Con ella se cuela, en silencio, por las fracturas del tiempo y del espacio para espiar a personajes únicos, escondidos en el mundo de los cuentos. No le resulta sencillo encontrar el adjetivo idóneo, pero confía en el ritmo de las palabras. Cuando dice que es de Sevilla, siempre matiza: «Bueno, de un pueblo, de Marchena».