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El gran Chotaro Kawasaki (1901-1985) dedicó buena parte de su obra a describir su experiencia como escritor miserable en los «barrios de placer» japoneses. Fue en uno de esos relatos donde introdujo a un personaje basado en el legendario director Yasujirō Ozu. Ambos, Kawasaki y Ozu, frecuentaron y amaron a una misma geisha durante casi una década, la joven Sakae Mori, cuyo nombre de geisha era Kimie. El propio Ozu dedicó en sus diarios varios haikus a Kimie y a su rival, Senmaru, pero hoy son los relatos de Kawasaki los que han adquirido estatura mítica, convertidos además en un documento fundamental para abordar la compleja personalidad del cineasta, hombre de éxito y también, por esa causa, antagonista perfecto de Kawasaki.