«Y así como un poeta juega con las palabras, así ella jugaba a su antojo con los ingredientes y con las cantidades, obteniendo resultados fenomenales.»No siempre tenemos a mano los ingredientes de la felicidad. Tita lo había aprendido desde pequeña, cuando crecía en la cocina con Nacha y se le negaba toda posibilidad de vida propia desde su nacimiento. Pero lo que también aprendió Tita es que los ingredientes no son lo más importante para cocinar un buen plato, sino todo el amor con que seas capaz de hacerlo.Pero Tita se dio cuenta de que sus platos no solo tenían el poder de deslumbrar por sus sabores y texturas. Su tristeza, su alegría, su deseo o su dolor a la hora de prepararlos se contagiaban irremediablemente a todo aquel que los probaba.A través de esta alegoría que vincula con maestría los sentimientos y los elementos culinarios, Laura Esquivel conquistó el parnaso de la literatura, construyendo un relato que se asienta en la tradición del realismo mágico, se recrea en la cultura mexicana y que traspasa todo lo anterior para convertirse en una novela universal, una parte del imaginario colectivo, un clásico.
AUTOR/A
ESQUIVEL VALDEZ, LAURA
Laura Esquivel comenzó su carrera como maestra y guionista de cine, actividad en la que ha obtenido diversos premios. A raíz de la publicación de Como agua para chocolate, su primera novela, alcanzó reconocimiento internacional y se convirtió en una de las escritoras mexicanas más importantes, por lo que ha recibido varias distinciones. También ha publicado Malinche, A Lupita le gustaba planchar, Tan veloz como el deseo, La ley del amor, Íntimas suculencias, El libro de las emociones y Estrellita marinera.