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En lugar de relatar, como dicta el canon, el ascenso y declive del objeto de esta reconstrucción arqueológica -con tintes de investigación detectivesca-, Blackbum nos propone otra aproximación: permite que sean las voces de los personajes que trataron y conocieron a Billie Holiday quienes tomen la palabra. Invocación espiritista que ha sido posible gracias a un inesperado hallazgo: las más de 150 entrevistas realizadas por Linda Kuehl en los años setenta a acólitos, vagos y maleantes. Poco importa si las historias no concuerdan, si tropezamos con alegatos contradictorios o incluso si estas contrapuntísticas semblanzas parecen versar sobre un ser irreconocible. El desafío es liberar a la artista de las ensoñaciones que recitó en sus memorias y que el lector extraiga sus conclusiones.