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En España el tránsito del siglo xix al xx fue convulso. La humillante derrota de 1898 y las desastrosas campañas marroquíes vinieron a coincidir con la gradual eclosión de una masa obrera creciente. Con la inestabilidad de fondo y el deseo de la clase popular de participación política, un grupo de jóvenes burgueses, llamados a constituir la elite intelectual del país, comenzó a cuestionar un régimen corrupto y obsoleto.
Esta prometedora generación se propuso como objetivo formar políticamente a la sociedad española, pero ¿era posible que la elite cuidara de los intereses de los desfavorecidos? ¿Qué relación cabía esperar entre esta y las masas? ¿No podían las clases populares participar en la política sin supervisión? En La educación política de las masas. Capital cultural y clases sociales en la Generación del 14, Jorge Costa Delgado analiza la relación entre la elite intelectual y las clases populares. Este debate, cerrado en falso a lo largo de la historia, resurge cada vez que se reabre la batalla por la educación política de las masas, sin ellas, a pesar de ellas.