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¿Adónde van a parar los obreros cuando mueren? Renato Prunetti al infierno, desde luego. Por malhablado. Durante su vida laboral Renato fue un soldador de las grandes siderurgias del norte de Italia. Falleció a causa de su exposición al amianto. Que nadie lo busque en el cielo: su nuevo destino es el de encargado de mantenimiento de las calderas infernales. Allí lo encontraréis, negociando el convenio con el Todopoderoso, dando esquinazo a Dante Alighieri, que le persigue en busca de inspiración para su poesía, y tramando la rebelión de los condenados junto a su compadre Steve McQueen.
Mientras tanto, Francesca, su viuda, que abandonó hace ya cuánto su empleo para dedicarse a cuidar de los suyos, se siente demasiado poca cosa como para que nadie escriba sobre ella. A pesar de que sobre ella recayeran la casa y los hijos, la administración de la economía familiar y las jornadas interminables. Le preocupa más el trabajo de su hijo y que a su nieta no la conviertan en una consentida esos padres blandengues que tiene.
Tras Amianto y 108 metros, Alberto Prunetti culmina su Trilogía Working Class con esta comedia obrera que satiriza el infierno de Dante y que reivindica la pervivencia y la universalidad de la clase trabajadora.