He aquí un ensayo de crítica literaria y artística que va más allá de su propio marco, que acaba constituyendo una exploración paciente, precisa y atormentada de todo lo que sale al encuentro del hombre de hoy por el simple hecho de existir "algo como el arte y la literatura": descenso hacia las profundidades, aproximación a la oscuridad, experiencia de la soledad y de la muerte. Se trata de un dominio en el que todo es tenebroso e incierto, pues el artista, como Orgeo, debe descender hasta ese punto hacia el cual parecen tender el arte, el deseo, el espacio y la noche. Pero éste no es un libro dogmático; es una experiencia ampliamente desarrollada, cuya forma, movimiento y unidad son tan importantes como las afirmaciones que en él se reflejan. Blanchot analiza la obra y la experiencia de Mallarmé, Hölderlin, Rilke y Kafka, por citar sólo estos nombres, conduciendo lentamente su investigación hacia lo que él llama su "centro", es decir, ese centro que se va desplazando según cuáles sean la presión ejercida por el propio libro y las circunstancias de su composición. Un centro que se mueve constantemente y a la vez sigue siendo el mismo, haciéndose cada vez más central, más escondido, más incierto y más imperioso. Un centro, en fin, que convierte este libro aparentemente fragmentario en una rigurosísima meditación sobre la conducta creadora.
AUTOR/A
BLANCHOT, MAURICE
Maurice Blanchot, novelista y crítico, nació en 1907. Su vida está enteramente consagrada a la literatura y al silencio que le es propio. Estas dos escuetas frases han acompañado durante años las ediciones francesas de algunos de los libros de Blanchot. Se podría añadir ahora la fecha de su muerte: febrero de 2003. Nacido en Quain, una grave enfermedad sufrida al final de la adolescencia le dejará secuelas para el resto de sus días y acaso marcará su carácter frugal y retirado. En la Universidad de Estrasburgo leerá a Husserl y a Heidegger en compañía de Emmanuel Levinas, a quien desde entonces le unirá una íntima amistad. Vinculado durante su juventud a publicaciones ultranacionalistas de derechas, donde verán la luz algunos de sus primeros artículos, conoce en 1940 a Georges Bataille, con quien compartirá «el reconocimiento de una común extrañeza» y cuya influencia será decisiva para el decurso futuro de su obra y su orientación política radical de izquierdas. Al tiempo de la publicación de sus primeros relatos y novelas (Thomas el Oscuro, Aminadab), a finales de los años cuarenta, Blanchot inicia una intensa actividad como crítico literario, textos que irá reuniendo en sucesivos volúmenes: Falsos pasos (1943), La parte del fuego (1949), Lautréamont y Sade (1949), El espacio literario (1955), El libro por venir (1959; Trotta, 2005), El diálogo inconcluso (1969) y La amistad (1973). Se trata de una escritura en la que Blanchot cuestiona permanentemente la posibilidad de la literatura, del escritor y de la obra, en una reflexión atravesada por las nociones de lo neutro, la soledad y la «desobra». A ésta consagrará uno de sus últimos escritos, La comunidad inconfesable (1983), en el que se muestra la convergencia de su pensamiento literario y político. <BR><BR>Editorial Trotta