Museos y archivos son instituciones destinadas a preservar la memoria de una comunidad. Joan Fontcuberta escarba en sus fondos para localizar documentos fotográficos que se deterioran con el paso del tiempo y que, paradójicamente, ?pierden la memoria?. Estas imágenes amnésicas, enfermas y resquebrajadas son rescatadas mediante una acción que recuerda la técnica zen del Kintsugi: una vasija rota no es desechada, sino que se recompone marcando las fracturas con hilo de oro. Enfatizar las cicatrices es una forma de resiliencia, de aceptación de los avatares deparados por la vida. En ?Kintsugi? Joan Fontcuberta emprende una recopilación poética y conceptual de imágenes fantasmales que interpelan el paso del tiempo, el registro de la historia y la substancia de lo fotográfico.