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La ciencia avanza descomponiendo en partes los fenómenos más complejos y difíciles y la Psicología no es una excepción en su estudio del hombre. Ese proceso de diferenciación ha de llevarse a cabo sin perder de vista que de lo que se trata es de explicar el comportamiento del sujeto como un todo dentro de un sistema natural y sociocultural más amplio del que forma parte. Solo si tenemos presente esta perspectiva, podremos evitar los excesos cometidos a lo largo de la historia de la Psicología cuando cada aproximación ha tratado de convertirse en la única explicación válida que permitiría dar cuenta de todo el comportamiento, denigrando y excluyendo al resto de perspectivas y metodologías.
Con Pensar la Psicología llega el momento de tomar en consideración las aportaciones de cada una de estas orientaciones sin necesidad de apostar en exclusiva por una de ellas como explicación global. No estamos proponiendo, por supuesto, una aproximación ecléctica en la que todo valga, sino trabajar en la dirección de integrar las aportaciones de las distintas perspectivas en un marco coherente sometido siempre a contrastación empírica.