«Anoche soñé que volvía a Manderley.» Con esta frase Daphne du Maurier nos introduce en el universo de una mansión en apariencia idílica, con rosaledas y caminos bordeados de rododendros, y praderas que terminan en una pequeña cala. Es la casa de Maxim de Winter, en la que vivía con su esposa Rebecca hasta que ésta murió ahogada en el mar y a la que ahora regresa con su nueva e inocente mujer. Ésta pronto descubrirá, sin embargo, que Manderley no es el mundo perfecto que ella cree: allí vive también la inquietante señora Danvers, el ama de llaves, quien no sólo no acepta a la joven, sino que constantemente le recuerda la figura de Rebecca, la única e insustituible señora De Winter. Rebecca, la encantadora, inteligente y segura Rebecca, cuyo rastro está presente en todas las habitaciones, en cada jarrón, en cada cuadro, en los membretes del papel de cartas. Rebecca, la criatura más hermosa del mundo. Rebecca, la presencia que recorre Manderley y el eco de cuya risa resuena aún en los pasillos cerrados de la casa. Una risa que en el fondo, oculto entre los pliegues de su sonido cristalino, esconde el sabor amargo de los secretos inconfesables. Desde su publicación, hace ya setenta años, Rebecca no ha dejado de cautivar a generaciones de lectores, fenómeno al que no fue ajeno su magnífica adaptación cinematográfica. Du Maurier logra retratar la psicología de sus atormentados personajes con precisión quirúrgica y recrea una inquietante y malsana atmósfera en esta obra maestra, convertida en uno de los más logrados ejemplos de novela gótica del siglo xx.
AUTOR/A
MAURIER, DAPHNE DU
Daphne du Maurier nació en Londres en 1907, hija del famoso agente de actores sir Gerald du Maurier y de la actriz Muriel Beaumont, y nieta del artista y escritor George du Maurier. Empezó a escribir historias cortas y artículos con ventiún años, y con venticuatro publicó su primera novela. Fue una novelista de gran éxito con obras tan conocidas como Rebeca, Posada Jamaica o Mi prima Rachel, muchas de ellas adaptadas al cine. Estuvo casada con el mayor Frederick Browning con el que tuvo tres hijos. Vivió una vida acomodada durante más de veinticinco años en la mansión Menabilly.