Como un pinchazo en los párpados mientras tratamos de dormir, en palabras de Santiago Roncagliolo, los once relatos que conforman Salvo el poder reflexionan sobre la política, el terrorismo, la historia y el papel de la prensa, cuestionando el discurso oficial. La muerte del Che Guevara como dictador de Bolivia, el testimonio de un consejero presidencial, la condecoración del futuro líder de Sendero Luminoso por Mao Tse Tung o el momento de revelación de un jugador de póquer, personajes que escapan del poder y cuya identidad es un enigma, siendo todos, al fin y al cabo, padres de la misma patria. La memoria se presenta en el imaginario de Escobar Ulloa como una trampa donde mito y realidad, pasado y presente, se dan la mano. Salvo el poder, destaca Roncagliolo, recupera los momentos vitales que las grandes gestas desechan. La literatura, añade, pone frente a nuestros ojos las cosas que no queremos ver.