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Yago se ha ido de casa y vive en el bosque, donde escribe cartas de amor y talla un tronco derribado por la tormenta. En la ciudad, otra clase de tormenta sacude a Eva y a Santi, una pareja a la deriva que se debate entre el fetichismo de él y la estima herida de ella. Los destinos de Yago y Eva discurren paralelos, aunque ellos no lo sepan. Este triángulo corrosivo, este tránsito del bosque a la ciudad es la historia que narra 'Mil mamíferos ciegos'. Un tránsito, también, de la pasión a la razón y de lo animal a lo humano, o a la inversa. Cazadores, idiotas y perros viajarán con los protagonistas y les mostrarán la luz que emerge del sexo y de la muerte.