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Leer a las poetas sáficas como si devorase ferozmente un pastel. Eso es lo que se impuso Luna Miguel para poder escribir esta oda a un cuerpo amado; pero también para reírse de sí misma y disfrazar sus versos con un lirismo ascético, lúbrico y juguetón, como de otro tiempo. Emulando estilos y sensibilidades aprendidas de la poesía floral de Hilda Doolittle, Renée Vivien o Carmen Conde, la autora se entrega en Un amor español a la narración enfermiza de un romance heteronormativo. Pero hay otros temas que sobrevuelan esta obra: el sexo tras la maternidad, las relaciones a distancia, el armario de la bisexualidad, la cultura de la reparación, la extrañeza del idioma propioà Y al final, una sola certeza: que su única patria es el deseo.«Una de las voces más auténticas y comprometidas de su generación.» (Laura Ferrero, ABC)«Perturbadora, irreverente, sensual e intuitiva hasta el tuétano.» (Lorena G. Maldonado, El Español)«Una de las grandes cualidades de la escritura de Miguel: propone y nunca dicta sentencia. Sugiere».