El feminismo es (y será) para todo el mundo

Irene Bebop
Amanece Metrópolis
08/02/2018

El feminismo es para todo el mundo de bell hooks podría presentarse como un verdadero manual que aclara qué es eso del feminismo, cuáles son sus objetivos y que conceptualiza cuestiones que fácilmente han pasado desapercibidas en la lucha feminista o que se han malinterpretado de forma intencionada por el sexismo clasista basado en la supremacía blanca. A lo largo de su lectura he subrayado tantas frases, tantos fragmentos, he doblado tantas hojas que no sé muy bien por dónde empezar a ordenar las ideas de este pequeño libro, que sólo tiene de pequeño la extensión del mismo. Tal vez por eso es especialmente brillante, saber sintetizar en poco espacio tantas ideas clave es toda una verdadera hazaña. 149 páginas plagadas de reflexión feminista realizada desde la perspectiva de una activista que conoce de primera mano tanto las virtudes, como las debilidades del movimiento y que revisa los orígenes del movimiento feminista en Estados Unidos de forma brillante.

Decir brevemente sobre la autora que nació en Kentucky, bajo el nombre de Gloria Jean Watkins, y con el tiempo pasó a llamarse bell hooks. Su nombre escrito siempre en minúsculas no es algo casual, si no una crítica al canon que hace que unas palabras sean más importantes que otras. Su nombre es una composición creada por ella en alusión a los nombres de su madre y su abuela. El libro lo edita traficantes de sueños y como bien sabéis está disponible online aunque también puedes adquirirlo en papel y así de paso apoyar a una de las editoriales que más cuida que el pensamiento crítico esté en permanente revisión.

Este breve ensayo bien podría interpretarse a modo de guía feminista en 19 movimientos. Como buena divulgadora hooks plantea en estos capítulos aspectos concretos a analizar dentro del movimiento feminista proponiendo, al mismo tiempo, alternativas. Porque una de las piezas angulares de su planteamiento es que la crítica por sí sola no sirve de mucho, si no se ofrecen alternativas a lo que se critica. Y eso, también es extrapolable a todos los ámbitos de la vida: educación, moda, medios de comunicación, radio, relatos, tipos de familias, sexualidades, políticas públicas, espiritualidad… Porque por muy profunda que sea la crítica feminista al sistema patriarcal poco o nada se consigue si no disponemos de un movimiento feminista que pueda articular modelos alternativos al sexismo, al racismo y a la supremacía blanca imperante.

El mensaje de hooks a las personas que creen en el feminismo, como herramienta para mejorar la sociedad, es generar ejemplos. El feminismo no es un artículo de consumo, es una herramienta contestataria que apuesta por una realidad diferente. La autora es especialmente escéptica con las partes del discurso feminista que parecen asumidas y superadas. Con rotundidad dice hooks: «la cultura dominante a menudo se apropia de las contribuciones feministas al bienestar de nuestras comunidades y nuestra sociedad y después proyecta representaciones negativas del feminismo».

Por ello, insiste, articular un mundo diferente es el principal deber del feminismo si deseamos que los logros sean reales y no imaginarios. Otra de sus apreciaciones es que debemos ser especialmente cautas con el espejismo de los derechos conseguidos. Según hooks, cualquier derecho conquistado por el feminismo que no signifique un cambio real en cómo se estructura la realidad no es en sí una conquista en absoluto. Sin modelos de referencia alternativos y sin un cambio real en la sociedad a los proporcionados por el sexismo, clasista que asume la supremacía blanca, el feminismo resulta una crítica incompleta. La autora niega la existencia de un feminismo similar globalmente, o que la lucha feminista deba tener en diferentes lugares del mundo las mismas demandas. En cada espacio geográfico el feminismo se planteará de manera diferente para las sociedades que tratan de crear una sociedad justa. Es más, aclara nuestra autora, «cuando pensadoras feministas poco sensibilizadas abordaban cuestiones globales de explotación y opresión de género, lo hacían desde una perspectiva neocolonialista». En consecuencia, para bell hooks: «la meta del feminismo global es tender puentes y unir las luchas globales».

Bajo esta perspectiva, Hooks sostiene que «el feminismo es un movimiento para acabar con el sexismo, la explotación sexista y la opresión» y «las feministas no nacen, se hacen». Igualmente critica el feminismo como forma de vida, «la representación del feminismo como un estilo de vida o como una mercancía mina de forma automática la potencia de la política feminista» es decir, se convierte en una forma de reforzar los privilegios de las mujeres blancas sobre otras mujeres. «Si las mujeres utilizan su poder de clase o de raza para dominar a otras mujeres, es imposible alcanzar plenamente la sororidad» […] «no existe ningún otro movimiento contemporáneo por la justicia social con semejante intercambio dialéctico entre sus participantes como el surgido en torno a la raza entre las pensadoras feministas», concluye.

Otro aspecto a destacar es que el enemigo de esta batalla no son los hombres, si no el pensamiento sexista que se encuentra instaurado tanto en hombres como en mujeres. Debido a esa forma errónea de entender quién es el enemigo a derrotar, muchas veces las feministas han sido vistas como odia hombres, hooks resuelve esta esta tensión destacando que el movimiento feminista debe alcanzar al conjunto de la sociedad aunque evidentemente las mujeres son las que sufren más bajo esta estructura al ser los sujetos subalternos del patriarcado. Así, los hombres no son el enemigo «sin los hombres como aliados en la lucha, el movimiento feminista no avanzará». Pero tampoco podemos caer en el simplismo de plantear el concepto mujer como una unidad, no todos los sujetos identificados bajo esta categoría se enfrentan a la misma realidad social, cultural, de clase, sexual…por ello la perspectiva de raza y clase es indispensable.

Una de las partes más interesantes del libro es la dedicada a la educación y difusión del feminismo. La autora afirma que «los audiolibros, las canciones, la radio y la televisión son todos ellos medios para compartir el conocimiento feminista».  Sucede que muchas veces se ha visto a la Academia como la máxima precursora del pensamiento feminista, sin embargo los círculos en los que se distribuye ese pensamiento y el lenguaje que lo articula no se encuentran al alcance de la mayoría de la población. Una cultura feminista transmitida a través de un lenguaje sencillo y que llegue al conjunto de la sociedad es otra pieza clave en este puzzle. El feminismo es para todo el mundo.

Otro de los temas en los que hooks demuestra una certeza de análisis absoluta es en ampliar el análisis de la violencia patriarcal. Una violencia que se ejerce más ampliamente hacia las mujeres, pero que también ejercen mujeres hacia niños y niñas. Precisamente por la distribución sexista de los cuidados. En este tema la autora consigue desarticular el esencialismo construido en torno a la mujer como víctima para exponer que también puede ser un sujeto que ejerce violencia. En su opinión la violencia que sufren las mujeres es terrible pero lo es igualmente la violencia a la que se ven expuestos los menores. Unas niñas y niños que tendrán más dificultades en su futuro y que serán personas adultas que seguramente tengan más complicado construir un proyecto de vida donde puedan ser felices.  Si alcanzar un proyecto vital en el que ser felices es complicado lo es más todavía si no somos capaces de querernos a nosotras mismas. hooks lo tiene claro: «si una mujer siente que necesita algo más que a sí misma para legitimar y validar su existencia, está relegando su poder de definirse a sí misma: su agencia».

Me resulta complicado poner en palabras lo claro y revelador que me ha parecido su lectura y me vuelvo a repetir: el feminismo es (y será) para todo el mundo y creo que debería ser algo  más que un mantra. Finalmente me gustaría destacar que las luces que aporta este ensayo a la lucha feminista  permiten que podamos encontrarnos mejor en el feminismo y repensar las acciones y estrategias que desde el mismo movimiento se realizan. Este pequeño gran libro nos ofrece una buena explicación de  conceptos feministas pero sobre todo una forma interseccional de analizar y asumir el feminismo. Porque lo que bell hooks viene a afirmar es que el feminismo será interseccional o no será.