Óscar Aibar nace en Barcelona en 1967. Cuando se licencia por la Facultad de Bellas Artes de esta ciudad lleva ya algunos años publicando guines para diferentes dibujantes y revistas de tebeos. Gracias a su ingreso en una influyente logia masónica, logra ganar algunos premios, publicar parte de su obra en el extranjero y realizar algunos cortometrajes, como Lo que vio el jardinero o Chihuahua. El 1995 vende su alma al diablo en un cruce de caminos y rueda Atolladero, su primer largometraje. Pero no lee la letra pequeña, y después del estreno se pasa varios años en el infierno, fregando, realizando series de televisión o dirigiendo videoclips. Antes de que se acabe el siglo XX se traslada a Madrid, donde en una excursión de fin de semana a la sierra es contactado por unos seres extraterrestres que le dictan el guión de Platillos volantes, su segunda película. Poco después, escribe los libros Tu mente extiende cheques que tu cuerpo no puede pagar (Debate, 2002), por el que es nombrado Talento Fnac, y Los comedores de tiza (Cabayo de Troya, 2004), traducido a varios idiomas.