Nació en Logroño el siglo pasado. Se crio entre libros, crucigramas y labores artesanas; desarrolló una mudable vena creativa surcada por letras perdidas que se mimetizaron en su ADN. Es enfermera, pero sobre el papel ni cura ni cuida, tan solo sutura sentimientos e ideas con hilos plagados de muertos, asesinos y alguna puntada erótica.