Choo Waihong fue hasta 2006 abogada para grandes empresas en Singapur y California. Un buen día decidió dejar su trabajo y empezar a viajar en busca de sus raíces. Llegó hace casi una década como turista al valle en el que vive la tribu de los mosuo, se sintió fascinada por sus costumbres y optó por instalarse a vivir con ellos durante gran parte del año. Es la única persona no mosuo que conoce a fondo sus costumbres.