Es casi imposible no sentirse interpelado por este ensayo de Daniel Pennac, convertido en un clásico. Lejos de toda grandilocuencia y del sentimiento de superioridad que suele hacer de profesores, padres y lectores figuras antipáticas y medio ridículas, el autor pone en escena el amor por leer pero sobre todo el desamor, porque los verdaderos protagonistas de este libro son los adolescentes, angustiados ante los intimidantes mamotretos de las lecturas obligatorias.
Con la claridad de quien ha pensado largamente en el asunto y con un conocimiento preciso perceptible en cada frase de las dificultades reales que entraña la enseñanza de la literatura, Pennac formula pro-puestas de rara sensatez. No hay aquí sermones ni moralina literatosa, sino una feroz y amable autocrítica, poco habitual entre los supuestos promotores de la lectura.
Aunque fue publicado originalmente en 1992, cuando los enemigos de la literatura parecían ser el cine y la televisión, este hermoso libro no solo mantiene su vigencia sino que parece particularmente adecuado para enfrentar el presente.
Alejandro Zambra
Ilustración de cubierta
Carmen M. Cáceres
COMO UNA NOVELA
AUTOR/A
PENNAC, DANIEL
Daniel Pennac nació en Casablanca, Marruecos, en 1944. Hijo de un militar francés, después de una infancia que transcurrió en diversos países de África y del Sudeste Asiático, se licenció y comenzó a trabajar como profesor de lengua y literatura en un liceo parisino. Sus primeras incursiones en la escritura se produjeron en la literatura infantil, pero su gran éxito fue Como una novela (Anagrama, 1994), un apasionado himno a la lectura sin complejos. Finalmente, a raíz de la popularidad que alcanzó la saga del señor Malaussène (publicados en Debolsillo: La felicidad de los ogros, El hada Carabina, La pequeña vendedora de prosa, El señor Malaussène, Los frutos de la pasión), dejó la enseñanza para dedicarse a la literatura. También ha publicado Mal de escuela (premio Renaudot 2007), Señores niños y Diario de un cuerpo.<BR><BR>