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Teoría del derecho y del Estado, historia y pensamiento político son los elementos que nutren este libro que se basa en el análisis contextualizado de sonados procesos judiciales contra militantes anarquistas. D?Auria recoge las defensas de juicios por muy diferentes motivos, en diferentes países (EE.UU, Italia, Francia...) y momentos, y las desmenuza y contrapone entre sí. Como argumentó el abogado anarquista Gori, cuando un demócrata o un conservador cometen un crimen, jamás se procesa a todos los demócratas o conservadores por ello. Con el anarquismo era diferente. Jamás el ?terror de la dinamita? y de la expropiación a mano armada fue adoptado en común por organización anarquista alguna, fue la práctica autónoma de individualidades anarquistas. Sin embargo el autor evidencia que en los procesos judiciales de la época se acababa juzgando de manera directa las mismas ideas anarquistas. No se distinguía entre el individuo acusado y sus ideas, tampoco se insistía en la calidad o gravedad del hecho, ni se tuvieron en consideración las diferentes vertientes del anarquismo. Cualquier acto era excusa para perseguir y procesar a todos; se condenaba la idea misma, la anarquía. Con ello el autor evidencia la incompatibilidad de dos ideas: la del Derecho, en sentido de orden coactivo legal y jurisdiccional, y la de Anarquía. Paradójicamente, se establece que lo que se tambalea cuando el Derecho condena a la Anarquía es la misma idea del Derecho. Se produce así su propia autorrefutación, nadie puede erigirse en juez de su propia causa, ya que nadie está por encima de sí mismo. Frente a los cargos que le formula la Anarquía, el Derecho solo puede ya permanecer en silencio o, aún mejor, no hablar ya como Derecho.