Corre el año 1906, y el gobernador de San Petersburgo, Yégor Rasimkara, ha cerrado la universidad a raíz de las protestas estudiantiles y se ha refugiado en su casa de campo, donde pretende proteger a su familia y a sí mismo de las amenazas de muerte. Todo es en vano, porque el hombre que su esposa ha elegido para que vele por su seguridad está conspirando a sus espaldas. Capaz de ganarse la confianza, la admiración e incluso el amor de los miembros de la familia, ¿llegará a cumplir la misión que tiene encomendada? Brillante y premonitorio, este clásico de la literatura es una joya entre las novelas históricas, que puede leerse también como una novela policiaca, llena de presagios. Ricarda Huch se descubre como una escritora de caracteres a la altura de Dostoievski.