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Nuestra salud y la salud del planeta están íntimamente relacionadas y, por tanto, si queremos preservar nuestra vida, tenemos que comenzar por garantizar la vida del planeta. España tiene una esperanza de vida de las más altas del mundo, no se trata de vivir más, sino de garantizar una vida saludable. En el siglo XIX y comienzos del XX las enfermedades prevalentes eran las infecto-contagiosas. Hoy, predominan las enfermedades crónicas (cáncer, cardiovasculares, diabetes, obesidad) totalmente relacionadas por nuestros hábitos de vida y de consumo, que provocan a su vez la emergencia climática. Nuestro modelo de consumo y movilidad favorece el calentamiento global de los ecosistemas por los gases efecto invernadero, producidos por el uso de combustibles fósiles, pero, también, por la explotación del suelo, eliminación de bosques y la cría intensiva de ganado. Para garantizar nuestra salud y la del planeta es imprescindible revertir nuestro modelo de consumo, transporte y alimentación, modificar las fuentes de energía y nuestra forma de alimentarnos. Sustituir productos de origen animal por productos vegetal