Fuente manifiestamente inagotable de inspiraciones literarias, teóricas y filosóficas de los más diversos signos y pelajes, la más célebre y enigmática de las piezas de William Shakespeare es vuelta a examinar en este libro desde una perspectiva que busca sacar a la luz dos enseñanzas principales. Por un lado, una enseñanza sobre la centralidad y la importancia de lo que Enrique Kozicki caracteriza como la dimensión teatral (escénica, litúrgica, ficcional: fictio figura veritatis, decían los juristas medievales) de los fenómenos jurídico-institucionales. Por otro lado, una lección sobre el modo en que el poder se asocia siempre, en su fundamento anímico más profundo, a la forma en que opera sobre los sujetos lo que el psicoanálisis permite conceptualizar como la función simbólica del padre.
