A través de la voz vertebradora de Miguel Vera, la novela Hijo de hombre despliega ante el lector las
vivencias de una serie de personajes que sufren, aman, anhelan la libertad y se muestran solidarios durante el difícil y violento período de la historia de Paraguay que se inicia con la independencia del país y que tiene su punto final en la Guerra del Chaco, conflicto en el que Augusto Roa Bastos participó entre 1932 y 1935, y a causa del cual aborrecía toda expresión de violencia. La quintaesencia de Roa Bastos, un consumado autor de cuentos, se encuentra en Hijo de hombre, una obra fundacional que, aunque está concebida como una novela, fundamenta su estructura en nueve historias distintas que se desarrollan a lo largo de tres generaciones, separadas en el tiempo, pero a la vez interconectadas entre sí. Con esta narración, el autor paraguayo se erigió por primera vez en portavoz de su país y de sus gentes para defender su condición humana, su religión, sus lenguas y su cultura popular. «Con procedimientos distintos a los del historiador o cronista, Roa Bastos ha trazado un inmenso fresco de la intrahistoria de su patria, gracias al conjunto
total de su peculiar literatura». TRINIDAD BARRERA LÓPEZ
HIJO DE HOMBRE
AUTOR/A
ROA BASTOS, AUGUSTO
(Asunción, 1917 - 2005) es el mayor representante de la literatura paraguaya y uno de los más grandes escritores de la literatura hispanoamericana. En 1932 se alistó en la Guerra del Chaco como enfermero. Tras el conflicto comenzó a trabajar como periodista y escribió sus primeras obras, aunque no todas fueron publicadas. La inestabilidad política que vivía su país en 1947 le obligó a trasladarse a Buenos Aires, donde verían la luz algunas de las obras más importantes de toda su narrativa: El trueno entre las hojas (1953), Hijo de hombre (1960), El baldío (1966) o Yo el Supremo (1974), esta útlima también en RBA. Tras treinta años de exilio, la situación en Argentina le empujó a emigrar a Francia en 1976, donde fue profesor universitario hasta su regreso a Paraguay en 1989, año en que recibió el premio Cervantes. Murió en la capital paraguaya en 2005.