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El autor ofrece con una prosa ágil un verdadero tratado sobre la usura en la Edad Media cristiana, demostrando desde una nueva perspectiva la vinculación entre los campos de la economía y la religión, verdaderos pilares sobre los que descansaban las estructuras de la época. El usurero, tan odiado como imprescindible, está asociado con uno de los siete pecados capitales: la codicia. Aun durmiendo, su dinero le hace más rico, manifestándose así como un ladrón de tiempo. El usurero está irremediablemente condenado al infierno. Sin embargo, en vísperas del auge de los grandes movimientos económicos del capitalismo moderno, la teología medieval salva al usurero del infierno e inventa para él una morada algo menos funesta: el purgatorio. Así alcanza su doble objetivo: conservar la bolsa sin perder la vida eterna.
Jacques LeGoff (Toulon, 1924-París, 2014). Ha sido uno de los grandes historiadores contemporáneos, especialista en la Baja Edad Media occidental. Fue director de la prestigiosa École des Hautes Études en Sciences Sociales, codirector de la revista de la célebre Escuela de los Annales, una