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El autor nos presenta un libro de memoria y de lucha. Rescata del olvido un pedazo de historia de la Barcelona rebelde, esa que nos inspira hoy en día para que no nos venden la ciudad escaparate, para que se respete la dignidad de sus habitantes. La huelga de alquileres de 1931 tiene lugar en un contexto de crisis del sistema. Responde a la defensa del derecho a la vivienda mediante la organización y la acción directa. 83 años después vivimos situaciones parecidas: masas de parados, crisis de las estructuras pseudodemocráticas, precariedad... Una situación en la que, ayer y hoy, el derecho a la vivienda está puesto en cuestión por multitud de desahucios, hacinamiento (camas calientes, pisos patera), condiciones insalubres, precios abusivos y anabolismo. En la actualidad la injusticia adquiere rasgos grotescos con la triste paradoja de la existencia de miles de pisos vacíos. Vivimos momentos de lucha y de esperanza que necesitan aprender del saber común. El texto de Manel Aisa aporta elementos para reconocerlos y reinventarlos.