Para envío
«Las imágenes de este libro están basadas en la realidad. Cualquier semejanza
	o parecido no es casual», eso advierte Sandro Bassi al final de su
	obra, cuando La Nacionalien ya ha dejado al lector conmocionado por
	su crudo retrato de los tiempos actuales.
	Un accidente que causa interferencias en los teléfonos de los pasajeros
	del metro signa este viaje y revela al lector la dependencia tecnológica
	con la que se convive en la actualidad. El teléfono móvil es, sin duda,
	una ventana de conexión con el mundo globalizado, pero también una
	cámara de aislamiento que nos desconecta de toda presencia física o estímulo
	circundante.
	Bassi despliega un escenario familiar en el que la forma virtual de la conexión
	implica necesariamente la ausencia de contacto. La alienación,
	que en su trazo artístico cobra forma en los retratos de cabezas monstruosas,
	sucede en ambientes recargados de detalles gráficos que pueblan
	las páginas de esta impactante novela gráfica. La finalidad no es
	aleccionar, sino abrir una puerta para que cada quien incursione, de manera
	crítica y reflexiva, en las situaciones comunicativas que propician
	las tecnologías digitales.
        

