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La última reforma de la PAC supone un ataque mortal contra las estructuras productivas familiares del sector agrícola andaluz. La reforma, aprobada el pasado mes de Abril, se ceba con el algodón una producción con gran calado social dado que se estructura principalmente en torno a explotaciones familiares. La subvención de los precios del algodón se va a sustituir por subvenciones a la hectárea de terreno que, además de favorecer a los grandes propietarios, suponen una paga prácticamente por no producir, dado que su asignación no implica la recolección del algodón. La previsible desaparición del cultivo tradicional del algodón supondrá en Andalucía la pérdida de más de un millón de jornales, el abandono de 22 desmotadoras y de 600 cosechadoras de algodón y un golpe mortal para algunos pueblos del bajo Guadalquivir en los que el empleo agrícola depende en un 90% del sector.