La versión de Libro de los recuerdos de Idir el Canario que hoy publicamos proviene supuestamente de un texto árabe encontrado y transcrito en circunstancias poco claras durante su estancia en Tánger, entre los años 1862 a 1871, por Mme. Elaine de Respierre-Groussac. Sin embargo, la autoría de este texto ha sido puesta en duda, e incluso la autenticidad del relato. La opinión mayoritaria hoy es que el Idir sólo puede aceptarse como una obra literaria de ficción. Es posible que contenga un sustrato histórico válido, pero cuánto y en qué grado no lo sabemos, de modo que los datos detallados y sugerentes que contiene sólo pueden ser entendidos como una hipotética caracterización de la sociedad indígena canaria de finales del S. XV. Sea totalmente inventado o sólo parcialmente, la certeza sobre su autoría, un siglo y pico después de su aparición, sigue en el aire. Tal vez, y sin que sirva de precedente, deberíamos aquí traer a colación la máxima de La Rochefoucauld: Hay falsedades disfrazadas que simulan tan bien la verdad que sería un error de juicio no dejarse engañar por ellas.
