Juan es un psiquiatra reconvertido a policía judicial en Madrid. Viaja a México a investigar la muerte de un español encontrado en una fosa común en Tijuana. Allí conoce a su alter ego, un comandante de la Policía Federal, Arturo El Coyo, y con
él comienza el viaje más extraordinario, salvaje y real por el México de lo narco y su violencia más atroz. Una odisea hacia las entrañas del «negocio de la muerte» donde droga, armas y muertos forman una trilogía histérica.
Un viaje de transformación, un wéstern de frontera que traspasa continentes al unirse en cordón umbilical con la corrupción de la mafia rusa en España, que alcanza a políticos, jueces, policías y agencias de inteligencia.
La novela definitiva sobre el problema transnacional del llamado narcotráfico y la relación entre un «país yonki», Estados Unidos, y su proveedor, México. Mientras la narrativa actual y las series de Netflix se quedan a resguardo en «lado mexicano» de la mayor fábrica de muertos de la historia, la novela muestra las entrañas del otro territorio del negocio, Estados Unidos.
Violenta, lírica, mexicana, dramática y valiente, Narcohisteria es capaz de hacer literatura con el fondo cierto de una realidad sobrecogedora y vergonzosa, pero sin embargo poética. Novela de expresión real casi cinematográfica. Presidentes de gobierno, políticos, policías, jueces, agencias de inteligencia, entran y salen del texto con la misma facilidad que se cuentan los muertos y se reza a los desaparecidos. Con la particularidad que ninguna ficción es más brutal que la propia realidad.
Tras cuatro años de trabajo de campo en las zonas mexicanas y norteamericanas del conflicto de lo narco, el autor se basa en personajes reales y en datos inéditos procedentes de fuentes de primerísima mano (integrantes de cárteles de la droga mexicanos, Marina mexicana, CIA y DEA, políticos en activo?) para concluir que nunca habrá solución para la violencia del narcotráfico en México si Estados Unidos no deja de priorizar la «seguridad nacional» sobre su problema de «salud nacional». Mientras la CIA tenga prioridad sobre la DEA.
