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Para comerte mejor avanza desde el fondo como un zumbido lento pero desmesurado. El lector no tiene opción y debe ir a las profundidades. Hay que bajar donde nadie más se atreve, dice un personaje, esa es la obsesión de sus cuentos. Que bajemos al canal, al pabellón, que crucemos el monte y veamos esos cuerpos envenenados, inyectados y medicados, esas materias crudas con hambre, esas niñas preñadas, esos suicidas, esos esqueletos amorosos. Acá los personajes mueren, están a punto de morir o pertenecen a otro mundo. Pero por suerte el efecto de su escritura es doble y esos cuerpos sacrificados no dejan de ser sexuales, tentadores y fantásticos, porque son libres, de ahí que esa radicalidad sea también política. Ariana Harwicz
"El mundo de Giovanna Rivero se tensa entre el pensamiento mágico de la cultura precolombina, lo sobrenatural de los relatos folclórico-maravillosos, el futurismo desolador de la ciencia ficción, y lo siniestro y lo monstruoso del género gótico. Un dejo o una pátina de tristeza deambula, como un mendigo perenne bajo los soles abrasadores y el aire pestilente, por los pueblos y los escombros urbanos, incoloros, de muchos de estos textos". Tomás Villegas