Este trabajo es un intento por comprender y dar respuesta a algunos de los interrogantes que, a lo largo de las tres últimas décadas, se han ido planteando en torno a un hecho tan frecuente como cotidiano: la alimentación.
Las tareas asociadas a esta tarea diaria ¿de quién son responsabilidad?, ¿se han simplificado o complicado? ¿Comemos para nutrirnos, para alcanzar un ideal de belleza, por placer? ¿los criterios que rigen nuestras elecciones son tan eclécticos como los mensajes que construyen en torno al saber alimentario? Para responder a estas preguntas se han revisado los supuestos teóricos que argumentan los cambios habidos en la condición social de las mujeres, como eje explicativo de los problemas característicos del actual orden alimentario.
La incoporación generalizada de las mujeres al mercado laboral solo explica parcialmente estas tendencias. Factores como la transformación tecnológica agroindustrial y doméstica, las nuevas fuentes de trasmisión de saber alimentario o la cacofonía de los mensajes publicitarios aclaran de forma más precisa el origen de ciertas paradojas asociadas a la alimentación contemporánea.
