Este libro recopila textos de mujeres de todo el país, investigadoras, políticas, militantes, sobre diversos temas que hacen al feminismo y a las mujeres. Fue coordinado por Diana Coblier y gestionado por la Fundación Tehuelche. Aquí, un adelanto del prólogo de Diana Maffía.
Las mujeres -se sabe- somos diferentes. Diferentes a los varones, claro, y sobre esta diferencia hemos reflexionado para que no sirva de argumento a la desigualdad política. Pero también diferentes entre nosotras. Incluso quienes nos definimos como feministas tenemos razones, alianzas y prácticas muy distintas bajo esa adscripción general. Un primer logro de este libro, entonces, es su convocatoria plural, su invitación a desplegar esas diferencias.
El resultado es deslumbrante. Tanta palabra de mujeres, tanto pensamiento de mujeres y sobre nosotras, tanta voluntad de testimonio, de datos sólidos, de justicia razonada, y también de imaginación, de metáfora, de fantasía nuestra. Porque ¿de qué otra manera construiríamos un ?nosotras? si no fuera con las palabras, con los pensamientos que invitan a una praxis común?
Apropiarse del cuerpo de mujer pero no permitir que sea una sustancia inamovible donde se anclen las condiciones de un eterno femenino; utilizar el concepto de género de modo que estallen las dicotomías y se humanicen las categorizaciones; pensarnos en situación y con nuestras tensiones para no pagar caras nuestras libertades; reflexionar sobre la aspiración de justicia y el modo en que el derecho nos performa; salirse del límite de lo aceptable y correcto para explorar fronteras; pensar la feminidad más allá del soporte material para comprender la transgeneridad; profundizar el análisis de las múltiples formas de violencia visibles e invisibles de las que a veces somos perpetuadoras; evaluar nuestro desempeño en los territorios de lo tradicionalmente considerado masculino; revisitar nuestra genealogía de aquellas mujeres que nos dejaron huella; mirarnos y mirar la política en los conflictos de la sexualidad, la maternidad, la domesticidad y el trabajo productivo y reproductivo; apostar a la educación pero para cambiarla; apelar a la memoria de los cuerpos; ponernos en situación desde la recuperación de las luchas, la historia que nos tiene de actrices, los avances logrados.
Es un caleidoscopio que compone y recompone las muchas formas de decirnos, desde el ensayo y desde la narrativa. Creo que es un libro precioso, que nos hará pensar juntas y también sentir, que nos permitirá encontrarnos entre esas voces para ir diciendo que esto es el movimiento de mujeres, mujeres de distintos lugares del país y también de otros países latinoamericanos, que aquí está nuestro lugar en este mapa al que vamos nombrando al caminarlo juntas.
