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Un asesinato te convierte en villano, millones en héroe. ¡Los números santifican!. Así razonaba Henri Verdoux, el envenenador imaginado por Charlie Chaplin en 1947. En contraste con los crímenes de envenenamiento de épocas anteriores, poco numerosos e individuales, pero promotores de muchas pesquisas judiciales e investigaciones toxicológicas, las intoxicaciones masivas del siglo XX han quedado en gran medida impunes y sus responsables han podido incluso presentarse como héroes de la modernidad. Esta situación paradójica revela que los tóxicos son entidades materiales y políticas al mismo tiempo. Sus efectos no pueden ser entendidos al margen de las sociedades que los crean, consumen y toleran, ni tampoco sin tener en cuenta la desigual distribución de riesgos y beneficios que generan. A través de diversos episodios, este libro revisa la producción de saberes e ignorancias respecto a los tóxicos durante los dos últimos siglos, desde los famosos juicios de envenenamiento con arsénico de la primera mitad del siglo XIX hasta los recientes casos de intoxicación y contaminación ambiental relacionados con product