El crítico más implacable de la cultura hispánica, el filósofo barcelonés Eduardo Subirats, aborda como objeto de estudio en el volumen Memoria y exilio el carácter destructivo del proceso civilizatorio de unidad nacional hispanocatólica que se puso en marcha en la Península Ibérica a partir del siglo XV, y, como una consecuencia de ello, la incidencia que ese proceso tuvo en la colonización del llamado Nuevo Mundo, y el freno que la intervención de la Iglesia impuso a las reformas intelectuales y políticas que surgieron del planteamiento filosófico de la Ilustración en España y en la América Latina. Con la valerosa profundidad que le da a todo cuanto analiza y con el vigor incriminatorio que le es habitual, Subirats enfrenta esa situación social, política e intelectual de los países de habla hispana con las obras de resistencia que en ellos y en distintos períodos emprendieron diferentes figuras.
