Cerca de Bogdanski Dolina, una localidad situada entre las montañas de los Cárpatos, está el centro de aislamiento de Izolda, donde se mantiene a los enfermos y a otros indeseables en barracones castigados por el sol y por el viento. Las autoridades de este pueblo, en el que el crepúsculo vespertino dura horas y la basura posee luz propia, ya no son, como antaño, los temidos cazadores de montaña; ahora una jerarquía eclesiástica gobierna una sociedad en la que los habitantes no son más que material humano para usar y tirar. Durante todo el tiempo, la población aguarda la visita del arzobispo. Ádám Bodor, que fue presentado al público español con El distrito de Sinistra, es una de las voces más representativas de la literatura húngara actual.