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Trasladado a París desde 1952, Trocchi frecuentó los ambientes del existencialismo, participando en la edición de la famosa revista Merlin, en la que colaboraban autores como Samuel Beckett, Jean Genet, Jean-Paul Sartre y Henry Miller. Fue allí donde se hizo amigo íntimo de Guy Debord, que había quedado fascinado por la idea desplegada por Trocchi en su texto La insurrección invisible de un millón de mentes, acerca de un gran ejército en estado de incubación, aunque latente y dispuesto al ataque, perfeccionando el definitivo asalto a la sociedad de clases. Aquello conectaba con las ideas de subversión total de la vida y del arte reivindicadas por la Internacional Situacionista. El texto obtuvo el apoyo y reconocimiento de escritores, artistas e intelectuales tan diversos como Picasso y Salvador Dalí.
La búsqueda de realidades alternativas mediante el consumo de heroina y otras sustancias le supuso una detención por posesión y supuesto tráfico de drogas. Un comunicado oficial de apoyo, suscrito por la totalidad de la Internacional Situacionista, llegó a afirmar que aquel individuo, que llegó a ser conocido como el «Burroughs escocés» era, sin duda, «el artista más creativo e inteligente de la Inglaterra de hoy».