PREMIER CONGRES SIONISTE. PROTOCOLE OFFICIEL

BALE, 29-31 AOUT 1897
Imagen de cubierta: PREMIER CONGRES SIONISTE. PROTOCOLE OFFICIEL
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Coleccion del libro: 
Idioma: 
Francés
Número de páginas: 
212
Dimensiones: 230 cm × 150 cm × 0 cm
Fecha de publicación: 
2013
ISBN: 
978-9938-862-08-9

El Primer Congreso Sionista, celebrado en el Casino Municipal de Basilea, Suiza, del viernes 29 al domingo 31 de agosto de 1897, fue un acontecimiento histórico. Los 204 participantes, entre los cuales 162 delegados con derecho a voto (las mujeres presentes no tenían ese derecho), llevaron a cabo el acta fundacional del movimiento que, 50 años más tarde, desembocará en la proclamación del Estado de Israel. Ese acta, que supuestamente pondría fin al sufrimiento de los judíos en Europa, a quienes antisemitas y sionistas coincidían en considerar como un pueblo, abre un nuevo capítulo en la Historia y señala el comienzo oficial del sufrimiento de otro pueblo, el palestino, que ve negados sus derechos naturales desde hace 66 años.

Las actas del congreso, tituladas ?Protocolo oficial?, se publicaron en Viena en 1898 y se reeditaron en Praga en 1911.

Por muy increíble que pueda parecer, ha habido que esperar 116 años para que este documento histórico sea accesible al público francófono. Hasta la fecha solo estaba disponible en alemán y en una traducción al hebreo aparecida en 1947.

¿Qué tenían en mente esos hombres? La mejor manera de saberlo es leer sus discursos, anotados en este protocolo auténtico, que dicen mucho más que todos los falsos protocolos. Esto es, por ejemplo, lo que declaraba el escritor austriaco Nathan Birnbaum, uno de los pioneros del congreso y el primero en utilizar la palabra ?sionismo?:

?(?) no queremos ser misioneros de cultura y civilización, en ninguna parte, ni en el Este, ni en el Oeste. Solo podemos mostrarnos doblemente contentos porque la elección de Palestina nos ofrece una nueva oportunidad de aportar nuestra contribución a la humanidad y, una vez más, una contribución considerable. Un pueblo judío con su Estado establecido en Palestina no se limitará, de hecho, a conciliar en su propio seno los elementos socio-éticos y los elementos político-estéticos del europeísmo, sino que en el plano internacional podrá desempeñar el papel de mediador entre Oriente y Occidente que se busca desde hace tanto tiempo. Y es que si existe un pueblo que sea capaz de ello, ese es el pueblo judío, que une a sus cualidades hereditarias de pueblo oriental su educación europea; y si existe una base geográfica apropiada para este propósito, esa es ciertamente Palestina, próxima a Europa, situada cerca del Canal de Suez y estación obligada del ferrocarril hacia la India.

(?) Si los sionistas se propusieran establecer el hogar de los judíos en la Luna, o simplemente en el Polo Norte, sería imposible. O, para no extendernos más, si eligieran China, o quisieran como capital Berlín, París, Londres o Roma, estaríamos ahí ante una imposibilidad histórica, pues queda completamente excluido que una joven civilización todavía débil expulse a una civilización antigua y aún vigorosa de sus ciudades más pobladas. Por el contrario, es muy posible que en un país poco poblado, que abriga una cultura antigua, pero en declive, pueda instalarse otra, joven y llena de futuro, y, por tanto, más fuerte? (Primer Congreso Sionista, Protocolo oficial, p. 92).
Traducción de María José Hernández Guerrero