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Este estudio pone al descubierto lo que muchos probablemente hemos sospechado alguna vez y unos pocos economistas llevan sabiendo desde hace tiempo: la teoría económica no sólo es difícil de digerir, sino que además está sencillamente equivocada. Cuando fue publicado en 2001, la economía de mercado parecía invencible y la teoría económica "neoclásica" estaba en el candelero. Steve Keen mantuvo entonces que los economistas no merecían crédito alguno por la aparente buena marcha de las finanzas, y que la falsa confianza en la estabilidad de la economía de mercado había llevado a muchos actores políticos a desmantelar algunas instituciones creadas para mantener la inestabilidad dentro de ciertos límites.