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Esta obra lanza una mirada crítica hacia la lengua castellana y examina los modos en que trasmite una visión cultural androcéntrica y sexista. La antigua y abusiva identificación entre varón y ser humano enraizada en el lenguaje cuajó en la norma gramatical la sobrerrepresentación de lo masculino El patriarcado toma cuerpo de múltiples maneras a través del lenguaje: contamina metáforas, tiñe el léxico, tuerce las definiciones, se agazapa en los discursos, campea en el refranero, se filltra en las expresiones cotidianas, se espesa en las injurias, se declara y alardea, se escribe, se canta y, en finn, se encarga de que sea abundante la cosecha y permanente la plantación. Los modos de decir afectan los modos de percibir. Por lo tanto, muchas personas, sobre todo mujeres eruditas, estudiosas o solo sensibles, han señalado los ocultamientos y jerarquizaciones que tal norma implica. Otras, por el contrario, reclaman que esto es irrevocable porque, para cambiar gramática, discursos, palabras y expresiones, hay que cambiar la cultura que les dio origen y los mantiene en pie, y eso va para largo, si es que va. La idea es persuadir de que es mejor cruzarse de brazos porque al patriarcado no hay quien lo mueva; sin embargo, la lengua lo sostiene como los contrafuertes a las viejas catedrales: si se menea el contrafuerte, el edificio se tambalea.
La obra de Yadira Calvo Fajardo es conocida desde 1980. Como filóloga ha mantenido un interés permanente por las relaciones entre el lenguaje y el poder, plasmado en numerosos artículos, charlas, conferencias y una docena de libros. Lugar especial en ese aspecto, ocupan La mujer, víctima y cómplice, Literatura mujer y sexismo, A la mujer por la palabra y La aritmética del patriarcado, publicado en esta misma colección. En Costa Rica, su país de origen, sus trabajos le han valido los más importantes reconocimientos nacionales: forma parte de la galería de mujeres destacadas del Instituto Nacional de la Mujer; ha obtenido dos veces el Premio Nacional Aquileo Echeverría en la rama de ensayo (1990 y 2004). Y en 2012, recibió el más importante reconocimiento a la labor de toda una vida en el campo de la cultura, el Premio Nacional Magón.