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1968 fue un año de emociones fuertes: en París los estudiantes organizaron un jaleo memorable al que llamaron «Mayo francés», los checoslovacos soñaron una Primavera de Praga que sería aplastada por los tanques soviéticos, los hippies protestaron en Estados Unidos contra la guerra de Vietnam (relacionada con la trama de este libro en un increíble giro de guion), Massiel conquistó Eurovisión al grito de "La, la, la" y, una semana antes, el 30 de marzo de 1968, cuatro niñas dijeron haber visto a la Virgen en una finca perdida de El Palmar de Troya. Sin sospecharlo, cambiaron para siempre el destino de ese pueblo sevillano.
Esa podría haber sido otra de las múltiples apariciones marianas que animaron el sarao del tardofranquismo pero, a través de una trama delirante, se convirtió en el germen de un conglomerado financiero y religioso con tentáculos en todo el mundo. ¡Milagro! es la historia de Clemente Domínguez Gómez y Manuel Alonso Corral, dos personajes que levantaron un imperio de la nada y cuya obra resiste hasta nuestros días. Clemente, puro carisma, era el vidente que recogía mensajes divinos y sufría éxtasis y espectaculares estigmas. Manolo movía los hilos de una organización que los volvió millonarios y que, aunque radicada en Sevilla, poseía innumerables propiedades repartidas por los cinco continentes. Todo lo consiguieron apelando a la vieja fórmula: las cosas, siempre, eran mejores antes. Repudiaron el Concilio Vaticano II y conquistaron con misas en latín el corazón de los católicos más chapados a la antigua. Nada de aperturismo, nada de curas obreros; la humanidad está condenada y Roma prostituida. Se presentaron como la única salvación posible y les funcionó, porque reunieron un generoso rebaño entregado a la causa.
¡Milagro! es una tragicomedia cuya sombra más oscura construye, aún hoy, una prisión mental que mantiene aislados a centenares de fieles.