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En los setenta, la última década del régimen represivo de Franco, la perspectiva española sobre el sexo, las drogas y la moda cambió de forma radical. La concepción social de la identidad sexual y de género, el consumo de drogas para uso recreativo, la planificación urbana y las nuevas tendencias en el ámbito de la moda y del diseño hicieron brecha en el velo plúmbeo de la sociedad franquista y dieron a la gente, sobre todo a los más jóvenes, la posibilidad de mostrar o incluso de construir nuevas identidades y formas de ser.
Durante estos años, los irreversibles cambios que se produjeron en las condiciones materiales y emocionales crearon el caldo de cultivo perfecto para la Transición y el regreso de la democracia. Gracias a ellos y a una progresiva apertura hacia lo foráneo y lo nuevo -a la vez causa y efecto de un inexorable anhelo de libertad-, los madrileños empezaron a adoptar prácticas, comportamientos y actitudes contrarios a la dictadura militar y a incubar el germen de la Movida que contagiaría a la capital una década más tarde.
En este ensayo, Francisco de Alba analiza ese delicado pasaje a la modernidad que tuvo en Madrid su epicentro para irradiarse progresivamente a todo el país.