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La historia nunca antes contada de la Dirección General de Seguridad, conocida como el Bergen-Belsen español.
«La mayoría de los presos son maltratados. Ha habido muchos suicidios, algunos hombres saltan por las ventanas en la comisaría de Policía y otros lo hacen en el propio calabozo. Se quejan de estar bajo arresto sin haber sido inculpados».
Tras el brutal golpe de Estado de 1936, la represión fue uno de los pilares fundamentales para que la dictadura franquista se mantuviera durante cuarenta años en el poder, y la Dirección General de Seguridad (DGS), situada en la Real Casa de Correos, en plena Puerta del Sol, el símbolo del terror impuesto.
Por los calabozos de la DGS pasaron miles de hombres y mujeres que fueron encarcelados, torturados y asesinados: Marcos Ana, Marcelino Camacho, Enrique Ruano, Nicolás Sartorius o el histórico dirigente comunista Julián Grimau, entre otros. A pesar de que la DGS se mantuvo activa hasta entrada la democracia, actualmente no queda vestigio alguno que rememore lo que allí sucedió. Hay placas en honor a los que lucharon el 2 de mayo de 1808, a las víctimas del atentado del 11M o a los muertos por la Covid-19, pero nada que recuerde a todos aquellos que padecieron la dictadura de Franco.
El historiador Pablo Alcántara reconstruye minuciosamente la historia del edificio que albergó a la DGS y, con ello, la historia de Madrid y de España. Esta obra viene a rellenar el vacío historiográfico existente y a reivindicar la memoria de las víctimas para que no caigan en el olvido.