Traficantes de Sueños
Con la participación de Jaime Gonzalo, periodista y crítico musical.
La bestia y la prostituta gobiernan sin control. Ante la desaforada insaciabilidad especulativa y el espectáculo del postureo artístico reivindicando su especificidad pedigüeña y su lugar al sol que más calienta, Jaime Gonzalo —buen conocedor de la sociedad actual, nada menos que cuarenta años dedicado a ese extraño oficio que es el de crítico de rock, y no solo— publica ahora algunas de las innumerables columnas que ha escrito en casi todas las revistas del género.
«Durante años, bastantes, pues sucede desde hace lo suyo, señalar públicamente la zombificación de un rock que sobrevive a través de las copias, endogamias, reediciones y reducciones que de sí mismo emite, redundaba para el hereje o infractor en saberse diana de críticas, también de reproches y algún que otro insulto. Fatalista, aguafiestas, cenizo, clamaban aquellos que ahora se desdicen, más o menos abiertamente, porque la realidad aúlla como si le clavaran alfileres en el meato urinario.
En la diminuta galaxia rock, lo más indicativo de estos años no ha sido no obstante esa paulatina muda de mentalidad, esa asunción colectiva de que ya no se puede seguir sosteniendo la mentira por mucho entusiasmo que la alimente, sino el que, gradualmente desvestido de esencias y significados, o sustituidos ambos por simulacros de esencias y significados, haya quedado oficialmente evidenciado y aceptado el rock como una colección de estereotipos con los que artista y público pueden establecer una complicidad de criterios por lo general sentimentales y taxonómicos, rara vez intelectuales y abstractos. Ya no hay retos, ni enigmas, ni epifanías —a no ser las que proporciona la juventud, la pereza o la ingenuidad—, tan sólo un baile de disfraces con el que enmascarar que en el expoliado pasado reside más por descubrir, y resolver, que en lo que se nos vende como futuro.»
Jaime Gonzalo (Bilbao, 1957) empezó a publicar siendo adolescente en la revista Popular 1 en 1975, y de ahí saltó a las más significativas cabeceras de la prensa underground de finales de la década de los setenta, como Star, Disco Exprés, Vibraciones o Sal Común. Tras una corresponsalía en Nueva York para El País, Diario 16 y El Periódico, fue contratado a principios de los 80 por Rock Espezial, publicación de la que será director durante varios años, hasta que ésta se transforma en Rockdelux. También formó parte de la redacción de Musical Exprés, mítico espacio televisivo presentado por Angel Casas, y extendió sus actividades a la radio, creando varios programas y participando en otros tantos. En 1985 cofundó y bautizó la revista Ruta 66, ya con más de veinte años de trayectoria.
En calidad de productor discográfico y letrista, ha trabajado con Loquillo y Los Trogloditas, los Rápidos, Desechables, Cancer Moon y otros. Es coautor de los libros I Dreamed Of Noise, una biografía en inglés sobre Sonic Youth, y Punk Book, así como autor de Escupidos de la Boca de Dios y Combustión Espontánea, biografías de la Banda Trapera del Río y The Stooges respectivamente.