¿Hacia otro modelo de desarrollo? Relaciones entre gobiernos progresistas y movimientos sociales en América Latina

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Organiza: 
Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) - Paz con Dignidad.
22/11/2013 - 19:00
Conferencia

Traficantes de Sueños

ACTO SUSPENDIDO POR MOTIVOS PERSONALES DE LA PONENTE

 

Mesa redonda con la participación de: Maristella Svampa, profesora de la Universidad Nacional de La Plata y coordinadora del Grupo de Estudios Críticos del Desarrollo. Antonio de Cabo, catedrático de Derecho Constitucional de la UCM y presidente de la Fundación CEPS. Miguel Romero, editor de la revista VIENTO SUR.

La última década ha significado un período de cambios políticos importantes para América Latina como región. Fruto de un creciente rechazo a las lógicas y políticas neoliberales surgidas del consenso de Washington (desregulación laboral y ambiental, privatización de los servicios públicos, apertura comercial asimétrica, mercantilización de los bienes comunes, etc.), diferentes gobiernos latinoamericanos, de base y características diferentes, están intentando poner en práctica nuevas iniciativas políticas, que van desde enfrentar los efectos más gravosos del sistema actual, hasta ensayar fórmulas de superación del mismo.

Esta nueva correlación de fuerzas ha dado lugar a que, en algunos países como Venezuela, Ecuador y Bolivia, se haya retomado con fuerza la idea de poner en marcha, si no un modelo socioeconómico alternativo, sí al menos una serie de políticas que ahonden en la recuperación de la soberanía nacional. En este sentido, se han puesto en entredicho las deudas ilegítimas acumuladas por gobiernos anteriores, la participación activa de diversos organismos financieros multilaterales, así como el papel de las empresas trasnacionales dentro de las estrategias nacionales de desarrollo de los países empobrecidos de América.

En algunos países se han producido nuevos procesos de negociación entre Estados y empresas trasnacionales. El resultado ha sido, en algunas ocasiones, una reversión de los porcentajes de generación de ingresos gubernamentales –recuperando soberanía sobre los bienes naturales–, posibilitando un aumento de los ingresos públicos que ha permitido sostener políticas sociales activas, previamente no existentes, y muy demandadas por las mayoría sociales. Al mismo tiempo, puede correrse el riesgo de entender que estas medidas
son suficientes, sin hacer un replanteamiento de los impactos reales que las trasnacionales tienen en términos ecológicos, laborales, de derechos humanos, en la construcción de una estructura económica propia, en la integración regional alternativa, en la consolidación del modelo primario exportador, etc.
En este contexto, ¿es suficiente con que los Estados y las empresas multinacionales alteren su correlación de fuerzas para incluir a estas últimas como posibles agentes de desarrollo económico? ¿Es posible actualmente comenzar una política económica alternativa que genere ingresos para políticas sociales y que en el medio plazo prescinda de las transnacionales y del modelo al que implícitamente van unidas? ¿No debería una propuesta alternativa ir de la mano de una política económica también alternativa? ¿Tiene lugar dentro de esta propuesta alternativa la extracción masiva de recursos? ¿Es factible esto en el corto plazo, dado el análisis histórico de los pueblos de América?

Lejos de quedarse en algo anecdótico, este debate ha ido ganando mucha fuerza en el transcurso del último año. Y es que el acuerdo inicial entre los gobiernos de Ecuador y Bolivia y los movimientos populares que fueron decisivos para su triunfo electoral, articulado en base a la idea de recuperar la soberanía estatal sobre los recursos naturales y los servicios públicos, ha pasado a convertirse en un desacuerdo muy profundo al definir el “modelo de desarrollo”. La tensión gobierno-movimientos se ha profundizado después de que en ambos países se aprobaran las nuevas constituciones. En el caso de Ecuador, las organizaciones indígenas se han enfrentado al gobierno de Correa por la ley de aguas y por las concesiones a las compañías mineras; mientras, en Bolivia, el período de “empate catastrófico” –así lo denominó el vicepresidente Álvaro García Linera–, que se caracterizó por una continua acción de desestabilización por parte de la derecha del Oriente del país, fue superado y, a partir de entonces, el espacio político quedó libre para impulsar las decisiones que materializarían el “proceso de cambio” en materia económica, lo que hizo aflorar el debate entre los distintos sectores de la izquierda.

De esta manera, puede decirse que se han generado fuertes tensiones entre quienes, por un lado, apuestan por la redistribución social del excedente generado con el modelo primario exportador; aquellos que, por otro, abogan por redirigir los beneficios económicos de este modelo al desarrollo de políticas estratégicas para la industrialización, y quienes, finalmente, son partidarios de avanzar en el desarrollo post-extractivista fundamentado en el “buen vivir”. Al final, surge la contradicción entre quienes, por una parte, ven el desarrollo como un factor imprescindible para la soberanía nacional y aquellos que, por el contrario, consideran que la pobreza, la desigualdad y los impactos
socioambientales no son tanto el resultado de la falta de desarrollo como de la consolidación de un modelo vinculado al esquema colonizador.

 

Maristella Svampa es profesora titular de la Universidad Nacional de La Plata, coordinadora del Grupo de Estudios Críticos del Desarrollo (GECD) y miembro del colectivo de intelectuales Plataforma 2012. Entre sus últimas publicaciones destacan la novela El Muro (Edhasa, 2013) y el ensayo 15 Mitos y Realidades de la minería transnacional en Argentina (El Colectivo y Ediciones Herramienta, 2011). www.maristellasvampa.net

Antonio de Cabo de la Vega es catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid, presidente de la Fundación CEPS y director de Ágora-Revista de Ciencias Sociales. Entre sus publicaciones recientes se encuentra el libro Por una Asamblea Constituyente. Una solución democrática a la crisis (Sequitur, 2012).

Miguel Romero es editor de la revista VIENTO SUR y militante de Izquierda Anticapitalista. Autor de diferentes publicaciones, entre las últimas destacan los libros Pobreza 2.0. Empresas, estados y ONGD ante la privatización de la cooperación al desarrollo (Icaria, 2012) y Conversaciones con la izquierda anticapitalista europea (La Oveja Roja, 2012).

 

 

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